Acotacions a una carta oberta

CARTA DE UN LECTOR EN LA VANGUARDIA… SOBRE LA MANIFESTACIÓN

La carta que sigue esta publicada en “La Vanguardia” y apunta un argumento obvio: la independencia, ¿frente o contra quién es? (contra ningú, només a favor de CAT). A su vez, y contestada la pregunta,  plantea algo importante, ¿para qué va a servir? (per millorar la situació actual de CAT).

Permítanme primero la licencia de dirigirme a ustedes en castellano, (no cal deixar el missatge subliminal que a CAT s’ha de demanar permís per utilitzar una determinada llengua, perquè no és cert) no como acto político, sino por puro pragmatismo ante el objetivo de que mis opiniones lleguen a un número mayor de personas. En días como hoy de pan y sal, donde hasta el aceite ha pasado a ser un bien de lujo. En días como hoy, tristes a la vez que alegres, grises aunque también luminosos, silenciosos además que locuaces, me otorgo el permiso de presentar mis razones por pertenecer al grupo que hoy, día 11 de septiembre de 2012, “no estuvo en la que probablemente sea la mayor manifestación independentista en la historia de Catalunya”. (alguns del teu propi partit ja n’han tret una conclusió: la majoria de catalans es va quedar a casa, ergo la majoria de catalans està en contra d’una Catalunya independent, ergo un referèndum és sobrer).

Necesito explicarme conmigo mismo y con los que me rodean. La bandera de la independencia enarbola los deseos de un pueblo que quiere ser libre, que grita con fuerza y rabia hacia un enemigo común: España. (greu error, vull pensar que no intencionat: CAT no té enemic, el procés d’independència no és contra ESP ni contra ningú, només és a favor de CAT). A esas personas que luchan por ese viaje futuro que acabe con el lastre anacrónico de los descendientes de la corona de Castilla; a esas personas que se reafirman cada día en su convicción diáfana de apostar por un estado independiente; a esas personas que trabajan a diario por hacer de la Estelada el máximo símbolo de nuestra tierra; a esas personas que tienen las cosas tan claras como para no dudar. (de gent que dubta sempre i de gent que no dubta mai n’hi ha a tot arreu). A cada una de ellas y ellos me dirijo para transmitirles mis vacilaciones y mis miedos al “Día después” de una posible independencia, un día del que pocos hablan y que me temo que podría comportar una ola de decepción de magnitudes impredecibles. (una opinió molt respectable, però no menys respectable que la de qui opini en sentit contrari). Quién sería entonces el enemigo? (insisteixes en l’error, no busquis enemics allà on no n’hi ha).

La autodeterminación es –o debería ser- un principio básico de toda democracia y aun me asombra quienes gobiernan el Estado hayan podido ser tan ingenuos de creer que serían capaces de callar a un pueblo a base de empequeñecerlo. Lejos están de conseguirlo. Así que de seguir obstaculizando un valor tan elemental como el de escuchar a la ciudadanía, les puede suponer un error imperdonable hacia conseguir más bien lo contrario. Nadie, y menos el Estado español, debería temer a una sociedad que, a pesar de su esencia nacionalista y rebelde, se ha mantenido leal y solidario a su lado. (et felicito, aquest paràgraf no sembla escrit per un alt dirigent del PP). Dicho esto, sin embargo, considero que la autodeterminación no debería comportar la independencia. (el que pugui comportar l’autodeterminació, inclosa la independència, només ho decidiran els votants a les urnes).

Hablar actualmente de independencia creo que es una antítesis que se adivina falaz. Independientes de las Merkel, los Hollande, los Draghi, las Lagarde? Sino es así no me sirve. Independientes de los Rajoy que dependen a su vez de las Merkel, los Hollande y las máximas neoliberales que mueven el mundo. Tampoco me sirve. (si no t’agrada cap de les dependències que dius i les que no dius, el teu model només pot ser un: Corea del Nord, l’únic país del món sense dependències, o amb les mínimes; i així els va). Me gustaría que los independentistas me convencieran de qué y de quién vamos a ser independientes y, sobretodo, para crear qué y cómo. Me parecen preguntas demasiado trascendentales para no ser tratadas y, desafortunadamente, creo que pocos son los que las abordan. (cap problema, jo ho faré. S’utilitza el terme “independència” per abreviar el que volem, que no és res més que un “canvi de dependència”, és a dir, Brussel·les i Nova York en comptes de Madrid. L’objectiu és eliminar l’intermediari espanyol per entendre'ns directament amb la Unió Europea i les Nacions Unides, prescindint d’uns “comissionistes” que no ens aporten res. La pregunta del milió és aquesta: què m’aporta de positiu el fet de pertànyer a Espanya? La meva resposta és que no m’aporta res de positiu i molt de negatiu).

Yo sueño con una Catalunya ante todo justa, sin diferencias sociales, sin personas por debajo del umbral de la pobreza, sin empresarios burgueses que exploten a sus trabajadores y sean bien vistos por el mero hecho de ser nacionalistas; sin políticos corruptos que sean amnistiados por ser nacionalistas, (que haberlos haylos, sí, però suposo que també et refereixes als corruptes del teu partit que han sorgit arreu d’Espanya, que a més de corruptes actuen també com uns grans nacionalistes, nacionalistes espanyols, és clar, i sempre protegits per la cúpula de Gènova) y con una sociedad abierta y plural. Sueño con todo eso, más allá de una independencia a la que no me cierro, (és bo tenir la ment oberta, també en conec algun de votant del PP que ara m’assegura que en un hipotètic referèndum votaria “sí” a la independència) pero que nadie me garantiza hacia dónde irá. (en això et dono la raó, ningú ens garanteix cap a on anirà, però el que sí que està clar és que si seguim pertanyent a un estat que ens ofega, en el sentit més ampli del terme “ofegar”, Catalunya va pel camí d’un precipici sense retorn. Seguint com fins ara, Catalunya corre el risc de desaparèixer com la nació que és i que històricament sempre ha sigut).

Es por este motivo que, a pesar de mi amor por la lengua, (convindràs amb mi que aquest amor a la llengua el teu partit no l’ha demostrat mai, més aviat el contrari) la cultura y las tradiciones de mi tierra, Catalunya, igual o mayor que el de cualquier otro independentista concienzudo -o captado en los últimos tiempos para la causa-, (és potser un problema que algú canviï d’opinió i s’hagi fet independentista “en los últimos tiempos”?) me muestro sensible a las consecuencias nefastas que han conllevado históricamente todos los nacionalismos (començant pel nacionalisme espanyol, que curiosament no es reconeix com a tal; les sensibilitats van per barris, i cadascú té les seves). Habría tantos ejemplos para citar, pero sólo con la Segunda Guerra Mundial o el conflicto de la antigua Yugoslavia, creo que es suficiente. Ambos fueron resultados directos de la intolerancia, el extremismo y el etnocentrismo de que cada uno se creyera el centro del mundo. (Aquesta és precisament la imatge que ha transmès Espanya al món des de l’època “donde no se ponía el sol” fins al dia d’avui, passant per la pèrdua de les colònies africanes, americanes i asiàtiques). Es esa visión egoísta la que no quiero para un futuro. (suposo que no et sorprendrà que alguns n’estem tips d’aquest egoisme espanyol que només l’hi interessa Catalunya com a vaca lletera d’Espanya). He visto demasiados pueblos fragmentados por un odio enraizado que impide a las personas establecer puentes para con el “otro”. Ellos son víctimas de sus líderes que encabezan y fomentan discursos según sopla el rédito electoral. (hi coincideixo plenament, però també s’ha d’aplicar des de la banda oposada).

Y es por todo esto, que denuncio aquí y ahora que no quiero formar parte de este circo. (Ja és tot un clàssic l’insult prepotent i el menyspreu dels espanyols cap els que no pensen com ells: “el circo” que dius tu, “el lio y la algarabía” que diu en Rajoy, aixì és com tracteu les veus discrepants). Pretendo que jueguen conmigo lo menos posible (doncs mira, ja en som dos!), consciente como soy, que como parte del sistema me tocará tragar en algunas ocasiones. Las maniobras execrables de los nacionalistas españoles para movilizar a los suyos a través de una arma política llamada Catalunya deberían ser denunciables en los juzgados (doncs a veure quan des del PP comenceu a fer-ho, que majoritàriament aquests que dius són “els teus”)  y las artimañas usadas por los conservadores catalanes con el mismo fin deberían de igual forma ser repudiadas. (No et facis trampes al solitari titllant de “conservadores catalanes” a ves a saber qui; a Catalunya, els conservadors també sou vosaltres, amb tot el meu respecte pel terme conservador, que segons el que s’hagi de conservar jo també m’hi podria considerar)

La cuerda entre España y Catalunya se tensa cada día más con sus declaraciones y tretas políticas engrandecidas por unos medios de comunicación que atizan el recelo y contribuyen cómplices a difundir un pensamiento único del sistema, sucumbiendo a ejercer su papel de cuarto poder de un protoestado del bienestar ficticio y desactivado. (No sé si et refereixes a determinats diaris catalans -de paper i digitals-, que haberlos haylos i que a mi també em produeixen vergonya aliena, o ara mateix estàs pensant en LaRazón, LaGaceta, ABC, ElMundo, 13TV, IntereconomiaTV, LibertatDigital, etc. etc.) Eso, claro está, afecta a todos y cada uno de nosotros que, sin estar dentro del juego, decantamos la balanza en uno y otro sentido cada vez que se nos reclama.

Por este motivo, esta irresponsabilidad que relato me hace temer, no sin motivo, que una Catalunya independiente en el futuro continuaría con los mismos problemas que en la actualidad (alguns pensem exactament el contrari, els problemes disminuirien, i la relació entre CAT i ESP no dubto que acabaria sent raonablement bona, com toca entre veïns ben avinguts), aunque con un añadido: la búsqueda de un enemigo común, (tornem-hi; sempre insistint amb la falsedat de “l’enemic comú”) máxima por la cual los sistemas se autoconforman a través de la demanda de un antagónico que los constituye -en el caso que nos ocupa, esta esencia es más perceptible que en cualquiera, “ni contigo ni sin ti”-.

Es por todo esto que hoy, no sin desdicha, me encuentro en casa, junto a mi amada, observando por televisión con nostalgia y tristeza cómo han truncado otro de mis sueños: el de andar junto a los míos, de manera serena pero decidida, reivindicando un mundo más justo. (Però realment et pensaves que aquesta situació d’una Catalunya menystinguda i menyspreada en tots els sentits, i reduïda a mamella econòmica d’Espanya, podia durar sempre?) Hoy observo, en cambio, como mi estimado pueblo se moviliza por una causa que no es la mía, por una bandera que no es la mía, por una razón que no es la mía. (Però suposo que, arribat el moment, demostraràs ser un demòcrata i acceptaràs la voluntat de la majoria de catalans, oi?). Es entonces cuando pienso donde quedan mis estandartes y abajando los brazos comprendo el éxito del nacionalismo que ha logrado encauzar esas reivindicaciones bajo su paraguas. (Segurament ho entendries millor si acceptessis que de nacionalismes n’hi ha a les dues bandes de l’Ebre, amb un petit detall que els diferencia. Un nacionalisme, l’espanyol, està plenament consolidat amb un estat sobirà propi, i l’altre busca exactament la mateixa eina de desenvolupament polític, cultural, fiscal, lingüístic, etc.: un estat propi). Es su pequeña gran victoria, que celebro y que a su vez me permite soñar aún en un día junto a mis padres, mi hermana y mi sobrina, en el que unidos reclamemos Justicia, en toda la amplitud del término. Esa Justicia social, judicial, económica y de todo tipo que los mismos nacionalistas de ambos lados nos han arrebatado.


Nota: L’autor d’aquesta carta oberta, que es troba penjada a internet, és en Toni Bosch, notari en exercici i president del PP de Barcelona. Les acotacions en vermell són d’en Miquel Saumell, l’autor d’aquest blog.